Crítica: “We the People” de Christian Carrillo Cáceres, por Juan Bragassi

Por Juan Bragassi H. Figuras históricas de la cultura Noteamericana, tales como: Nina Simone, Malcon X, John Kennedy y Lincoln son representadas a través del lenguaje del grabado xilográfico, en la exposición de Christian Carrillo, muestra donde se abordan temáticas como: los derechos ciudadanos, la discriminación y la violencia racial. Christian Carrillo realizando su performance […]

20 de septiembre de 2016
Por Juan Bragassi H.
Figuras históricas de la cultura Noteamericana, tales como: Nina Simone, Malcon X, John Kennedy y Lincoln son representadas a través del lenguaje del grabado xilográfico, en la exposición de Christian Carrillo, muestra donde se abordan temáticas como: los derechos ciudadanos, la discriminación y la violencia racial.

Christian Carrillo realizando su performance en Valparaíso
“Whe the people” (Nosotros el pueblo) es el nombre de la exposición del artista Christian Carrillo Cáceres. Dicha muestra, se efectuó el pasado mes de junio el marco de la celebración de los 70 años del Instituto Chileno Norteamericano de Cultura de Valparaíso, oportunidad donde fueron exhibidos 17 trabajos impresos realizados por este artista en la técnica del grabado en madera. En dichas obras, nos encontramos con la representación figurativa próxima a arte pop, de distintas personalidades que se han transformado en íconos internacionales, relacionados con los valores de la cultura e historia norteamericana, así como otros elementos de cierto carácter simbólico: huellas de manos, pies y objetos.
Esta exhibición, fue antecedida por una acción de arte – performance -, protagonizada por el autor de la muestra, la cual fue registrada y subida como video digital en “youtube”, bajo el título: “I am a man” (Yo soy hombre). En ella, Carrillo aparece en distintos lugares de Valparaíso (Subida Ecuador, Plaza Anibal Pinto, Plaza Cívica, Subida del Cerro Bella Vista, etc) vestido con una atuendo cotidiano, sosteniendo frente a la cámara un cartel de letras blancas, cuyo texto dice “I am a man”, la frase está en un fondo rectangular negro, enmarcado en blanco. Los peatones pasan indiferentes por alrededor. Sólo en una ocasión se observa que alguien sostiene junto al protagonista dicho cartel, en otra un peatón se da vuelta para conversar con el artista.

«Whe the people» de Christian Carrillo, 2016
Estos dos breves hechos – aparentemente espontáneos -, transforman esta sencilla acción de arte en un happening. Lo mesurada y sobria que resulta ser esta performance, contrasta con lo que se suele esperar para la realización de este tipo de intervenciones: una mayor producción y la generación de un escándalo público con cobertura mediática. Hoy todo ello, resulta ser una especie de estereotipo. Carrillo trabaja en este sentido, privilegiando el contenido por sobre la producción aparatosa. No busca la fama dada por el escándalo, sino la curiosidad y reflexión en el espectador.
Al ver esta grabación, surgen preguntas tales como: ¿Por qué Carrillo realiza esta acción de arte?, ¿Cuál es la intensión del autor, al ocupar el espacio público? ¿Qué objeto tiene el usar para esta intervención, un cartel escrito en inglés?
Al principio cuesta encontrar sentido a la realización de esta acción pública, inspirada en uno de los lenguajes propios del arte contemporáneo, con el hecho de efectuar casi en paralelo, en un espacio cerrado como la sala Lucrecia Acuña, una exposición de tipo tradicional.
Hay una suerte de fractura (espacio de exhibición, temporalidad, público) que aflora, pese a una aparente temática común entre estos dos lenguajes. Por otro lado, colocar un cartel en inglés, puede ser entendido como una referencia a la presencia norteamericana – para bien o mal -, en la construcción cultural de nuestra identidad.
El texto es una declaración de auto afirmación travestida por el idioma anglo, un acto fallido que hace referencia tal vez a nuestra permeabilidad, dependencia cultural o imposibilidad de poder contar con una síntesis identitaria pura y definida.
Otra arista, es el del significado. No sabemos si esta declaración de auto afirmación, es desde un punto de vista sexual o de género; de individualidad o identidad, frente a un entorno urbano a menudo caótico y sobre poblado – algo así como las ciudades futuristas de “Blade Runner”- o donde los modos de vida de las personas estan condicionados por un sistemas de gobierno determinado; patrones culturales y pensamiento filosóficos; paradigmas religiosos; modelos económicos, de consumo y producción; o por la presencia e influencia de la ciencia y la tecnología.

Trabajo objetual «Man» presente en la muestra
En cuanto a los trabajos exhibidos en la Sala Lucrecia Acuña, éstos fueron elaborados entre los meses de enero y mayo del presente año, especialmente para esta muestra. En ellos se destaca la representación figurativa de huellas de manos y pies, así como de objetos, símbolos, textos y retratos de personalidades tales como: Nina Simone, Malcon X, John Kennedy, Abraham Lincoln, George Washington y Martin Luther King.
Si bien, son estampas que nos recuerda la estética pop, ellas no son inocuas, sino que tienen una intención crítica o si se quiere política. Sin embargo, es un discurso que no se logra persivir de forma inmediata, sino que aflora como una inquietud que “da vueltas en la cabeza”.
En cuanto a la estética, en sus imágenes predominan la impresión lineal (achurado) de los sobre relieves de la matriz generados por las gubias, los colores planos ( negro, blanco, amarillo, rojo) y contrastados, teniendo como soporte para la impresión, materiales tales como: papel, cartón coarrugado y fibra de vidrio. Junto con la técnica xilográfica, observamos que algunas de las piezas en exhibición, está de igualmente presente la técnica del collage, mediante la incorporación sobria de elementos tales como las benditas o “parche curitas” , que le dan cierto aire conceptual y objetual a los trabajos. Lo mismo sucede con una caja de trupán , provista de una “ojo mágico”, por donde se puede apreciar una grabado xilográfico de las plantas de dos pies descalzos; dicha caja, además tiene en la parte inferior una bajo relieve que dice “Man” (Hombre). Trabajo que nos recuerda los ready made de Durchamp o mejor , a la fusión entre obra y poesía de los trabajos ( assemblange) de los chilenos Juan Luis Martínez y Carlos Montes de Oca.

Impreso sobre fibra de vídrio.
También se destaca la incorporación de la tecnología digital. En efecto, Carrillo ha venido incorporando gradualmente dentro de su producción, la estética y la tecnología de los códigos QR. En esta oportunidad, aparecen en dos de sus creaciones. En una, dicho código es incorporado como imagen dentro de una ilustración, de manera tradicional mediante la técnica xilográfica, mientras que en otra el sistema de impresión es digital.
Sin negar el interés que despiertan dichos trabajos, hay que reconocer que existe un contraste muy marcado en cuanto a presencia y tipo de imagen de estas obras , con el resto del conjunto de la muestra, así también sucede con caja con el “ojo mágico”. El soporte no está en relación al conjunto de esta exposición en particular, pero sí en la muestra que realizó en forma posterior (mes de julio) en la Sala Viña, titulada “Retrato de familia (B)”.
En cuanto a los códigos QR, ellos – según el autor-, nos llevan a dos videos contenidos en la red social “ youtube”. En uno, se puede observar a Malcon “X” y en el otro a Martin Luther King.
El primer video, es una entrevista realizada Malcon “X”, quien explica y justifica la eliminación de su apellido anglo, heredado del período esclavitud de sus antepasados, así como su posición respecto a lo que él denomina “los negros de casa y los de campo”.
El otro video, registra el discurso dado por Martin Luther King, en el contexto de la multitudinaria marcha, realizada en Washigton por los derechos civiles en 1963. Como sabemos, ambos personajes, fallecieron asesinados.
Si bien esta muestra , se centra en el perído particular de la historia de Norteamérica, comprendido entre la década los 60’s y 70´s del siglo XX, teniendo como tema central la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos, la segregación, la violencia racial ( tema que todavía está vigente no sólo en la sociedad norteamericana) y los magnicidios; el autor explora en hechos históricos anteriores, como lo es la esclavitud, a fin de replantearnos el valor de la libertad, el derecho a la vida, la identidad y pertenencia.
Como sabemos, a partir de los atentado de las Torres Gemelas, a nombre de la seguridad y la lucha contra el terrorismo, ellos se han visto restringidos y utilizados – al igual que el valor de la democracia -, en una nueva carrera intervencionista, que ha puesto a occidente en confrontación con oriente. Así imágenes como la que representa el modelo de revolver con el que asesinaron a Lincoln – un Whitney 1858 -, adquiere una nueva significación, más allá del hecho particular del magnicidio o su similitud con las pinturas de Lichtenstein y de Wharol, donde se representa un revolver Taurus, 357 Magnum modelo 66.
Se debe entender este elemento de consumo, en relación con el lado “B” del modelo de sociedad preconizada, por esta nación imperio, más aun, tiene relación con los ideales del positivismo de siglo XIX, que exaltó la superioridad de la “raza blanca” – anglo sajona- y su rol civilizador. Así podemos comprender la presencia en la exposición, de la efigie oscura de George Washington, en relación a los ideales liberales de la ilustración y su contradicción con el hecho de la esclavitud. Washington adquiere un valor simbólico de una “segunda emancipación”, protagonizada esta vez por la gente de color.

Revolver Whitney 1858
En atención a ello , creemos que hay una reivindicación por parte de Christian Carrillo de los sujetos populares. Para ello el artista, utiliza la huella de las palmas de las manos, signo que linda entre lo gráfico y lo pictórico, entre una manifestación proto artística de la pintura rupestre, hasta lo que hoy consideraríamos parte de una de las manifestaciones históricas del arte contemporáneo, la impresión de cuerpo, muy al estilo del los happening de Ives Klein. Vemos unas palmas blancas , cuyo soporte es de fibra de vidrio de color azul; otra es una palma negra, en un fondo café de cartón coarrrugado, similar al de las cajas que se desechan.
No sabemos si la elección de dichos soportes, responden a una intención discursiva del artista, pero dan para asignarles una interpretación. Uno asociado a una materialidad industrial más elaborada, mientras el otro, a una materialidad más básica, precaria, innoble, pobre, desechable y reutilizable. Por otro lado, ambos trabajos presentan la misma frase en inglés “I am a man”: “Yo soy hombre”. Se vuelve a esta frase, que es una gesto de auto afirmación.
El blanco y el negro, son los mismos colores del cartel que portaba Christian en la acción de arte. El negro de fondo y las letras protagonistas en blanco. Es una suerte de síntesis arbitraria a través del color, de los tipos étnicos de ciudadanos de Estados Unidos: los blancos y los negros; asi como una alusión a los problema de su coexitencia. El Bien y el Mal.
Así mismo, al exporar en el blog de Christian Carrillo (http;//christiancarrillocaceres.blogspot.cl), encontramos cierta asociación de estas inscripciones con un texto referido a esta muestra, del cual me permito destacar el siguiente trozo:“ Nosotros el pueblo/ nosotros los que soñamos/ somos el rojo, el azul y el amarillo/ Somos el blanco y el negro”.
No cabe duda – como ya dijimos- que hay un planteamiento político detrás de esta muestra. La exposición sólo en apariencia es inocua.

Alegoría al ángel de la libertad.
El artista mediante sus trabajos realiza una crítica, respecto a los valores y la presente realidad de la sociedad norteamericana. También hay una alusión a nuestra propia contingencia – una contingencia latente -, mediante la alegoría del ángel de la libertad – un ángel sin alas con las cuales poder emprender el vuelo- , que con sus manos extendidas al cielo, rompe las cadenas, imagen que estuvo acuñada (sobre relieve) en una de las caras de la moneda de diez pesos.
Este símbolo apela a nuestra memoria emotiva, que nos trae al presente la experiencia de la dictadura cívico militar, que gobernó nuestro país tras el derrocamiento del presidente Allende, hecho del cual – como sabemos-, también tuvo su responsabilidad los Estados Unidos de Norteamérica.
Así mismo, el autor contextualiza su producción artística en la presente realidad nacional, relacionando esta lucha en favor por los derechos ciudadanos de los afroamericanos con las marchas ciudadanas, referidas a la calidad y el lucro en educación; la conformación de una nueva constitución y el cambio del sistema previsional. Osea, todo lo que conlleva a un cuestionamiento del sistema instaurado a partir de la adopción del modelo monetarista neoliberal, aplicado en nuestro país hace ya casi cuarenta años y que todavía está vigente.
Las imágenes presentes en este artículo son gentileza de Christian Carrillo Cáceres
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